yaco africano

​Cuidados del Yaco Africano

El Yaco Africano o Loro Gris (cuyo nombre científico es Psittacus erithacus) es una especie de loro proveniente del continente que da origen a su nombre. Un papagayo pequeño, de inconfundible plumaje gris, pico negro y cola roja. Dotado de una gran inteligencia, este lorito es uno de los preferidos como ave de compañía entre las personas que gustan de este tipo de animales como mascota. Veamos en qué consiste tener uno de mascota y cuáles son las características del cuidado del Yaco Africano.

Su protección en algunos países

Hay que tener en cuenta que la comercialización del Yaco Africano está prohibida en Estados Unidos y Europa si es que los ejemplares han sido capturados en su estado salvaje, y de la misma forma, es muy poco ético comprar uno sin saber cuál es su procedencia, pues la comercialización ilegal de animales exóticos es muy cruel y muchos mueren en el camino. Además, al adquirir uno de estos loritos de manera ilegal, de seguro se obtendrá un loro asustadizo y desconfiado con el cual habrá que trabajar bastante para ganar su confianza.

Cuidado del Yaco Africano

El cuidado del Yaco Africano, es algo distinto que el de una mascota común, pues son muy demandantes y requieren atención casi las 24 horas del día. Al ser un ave muy inteligente, se deprime fácilmente si no se le da la atención necesaria. Tampoco son recomendables para niños, pues su pico afilado podría herirlos, especialmente si son tratados con brusquedad, cosa que caracteriza a los niños pequeños cuya motricidad está en desarrollo. No suele utilizar sus garras para atacar, pero son afiladas, por lo que de igual manera se debe tener precaución con ellas.

Se alimentan de frutas y verduras, así como también semillas, claro que en menor cantidad, ya que por su condición de mascota tienden a engordar. También dentro de su dieta se incluyen los pellets especiales para ellos. En este sentido, el cuidado del Yaco Africano es sencillo.

Estas aves son los clásicos loritos parlanchines, y su esperanza de vida es de unos 60 años, es decir, es una mascota para toda la vida y se debe pensar muy bien antes de tomar la decisión de tener uno. Crean lazos muy profundos con sus amos, a quienes los consideran como su “pareja” cuando son criados solos. Si se les otorga una pareja, su atención se dirigirá a ella.

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