¿Los gatos son compatibles con nuestros bebés?
Todos sabemos cuándo un bebé llega a un hogar, la rutina de la casa cambia por completo, los bebés deben adaptase a una realidad, pero el gato es un animalito que sí nota los cambios en su entorno, ya que es un animal de hábito y que prefiere la regularidad.
Los primeros días de esta nueva relación entre él bebe y el gato, es completamente necesario estar muy pendientes de lo que sucede entre ellos dos, es decir debemos supervisar la relación y el comportamiento entre ambos,
El comienzo de la relación entre ellos, uno debe tener ciertos cuidados “especiales”, no significa aislar por completo al gato y al bebé, sino que tomar precauciones por el bien de ambos,
1- Los primeros días se debe cerrar la puerta de su habitación para mantener el gato alejado, y evitar así a que trepe a la cuna.
2- Ver las respuestas físicas del bebé, ya que el pelo del gato puede provocar reacciones alérgicas en la piel o en la respiración, si es así debemos consultar al pediatra los pasos a seguir
3- Antes de que el bebé llegue a nuestros hogares, debemos tomar ciertos comportamientos nuevos con la mascota, es decir ir adaptando su comportamiento (jugar con él en un lugar específico, evitar dejar de lado a nuestro felino, si bien el bebé será nuestra prioridad, pero los gatos son muy celosos lo cual puede producir problemas con el bebé
4- Tener mayor cuidado con el pelaje y las uñas de nuestro gato, para esto debemos pedir ayuda a nuestro veterinario
5- Ir creando un comportamiento a nuestra mascota, es decir no permitirle subirse a las cosas de nuestro bebé (una, cama o juguete)
Todos queremos que nuestros regalones no tengan problemas de relación, pero también tenemos que tener cierta consideración, todo para una correcta convivencia
Tenemos que evitar que nuestro gato sufra con la llegada de un bebé. Nuestra conducta y comportamiento hacia el no debería cambiar tanto para que todo funcione, preocuparnos de cosas básicas como darle comida y agua de manera normal, que no sienta que el bebé es una amenaza para él, y claramente realizar las típicas caricias y muestras de cariño que hacíamos con él, además permitirle al gato una relación normal con la familia para que se sienta apreciado y que el bebé es un integrante más, y no viene a quitar el lugar de nuestra mascota.