¿Qué está tratando de decirte tu gato?
A diferencia del perro, los gatos no siempre han sido los mejores amigos del hombre y algunas veces a sus dueños, por no saber leer bien las señales que mandan y su comportamiento, les pueden confundir mucho sus acciones. Todos los animales son distintos entre sí, pero afortunadamente existen ciertas cosas comunes entre especies que, de conocer bien, te harán entender mucho mejor a tu querido gato:
1. Un gato no es un perro:
Uno de los grandes problemas para los dueños es esperar que su gato se comporte igual que un perro, cuando en realidad, son totalmente distintos. Primero, los gatos son animales solitarios, mientras que los perros son más sociables, es por eso que tu gato puede que no se lleve bien con otros animales (al menos al principio, mientras se acostumbra a la situación) o que no quiera estar siempre a tu lado acompañándote sino que prefiera pasar tiempo solo y de su cuenta.
No lo fuerces a ser algo distinto de lo que es.
2. Las muestras de cariño:
Sólo porque un gato no demuestre cariño de la misma manera que un perro o un humano, no significa que sean animales pesados o ingratos, al contrario, los gatos pueden ser muy amorosos, sólo que tienen distintas maneras de demostrarlo.
Quizás has notado que tu gato te mira fijamente y hace una especie de guiño cerrando sus ojos y volviéndolos a abrir por un momento, pues por raro que parezca esto es una señal de que le agradas y te tiene cariño, una especie de “beso”, por así decirlo. Otra forma en la que algunos gatos demuestran amor es lamiendo a sus dueños, así como la madre gata lame a sus crías.
Así mismo, una de las cosas que más sorprende a los dueños de gatos es cuando estos aparecen con una “presa”. Seguramente más de una vez te has encontrado con que tu gato ha cazado un ratón o un insecto y lo ha traído hasta ti. Pues aunque esto no siempre sea apreciado por nosotros los humanos, es una manera de tu mascota para demostrarte que te quiere y se preocupa por ti, cazando regalitos para ofrecerte.
3. El ronroneo, los maullidos y los bufidos:
El ronroneo siempre es una buena señal. Significa que tu gato está a gusto y está contento. Además, le sirve al propio gato para tranquilizarse.
Por su parte, el bufido es siempre señal de advertencia. No es necesariamente un ataque, pero sí que es mejor no acercársele. Si tu gato lo está emitiendo es porque está asustado y en ese caso, deberás darle tiempo para que se calme.
En el caso de los maullidos, estos son emitidos para llamar la atención. Las crías lo usan para pedir comida y los gatos domésticos, curiosamente, lo usan para imitar a sus dueños y “comunicarse” con ellos de alguna manera. Los gatos son muy inteligentes y aprenden pronto que, así como los humanos hablamos entre nosotros, ellos también pueden hablarnos de vuelta. Mientras más converses con tu gato más maullará.
4. Juegos bruscos:
Los gatos son animales cazadores por naturaleza y es así como les gusta jugar, como si estuvieran cazando. Es por eso que a veces te arañan y te muerden.
Por lo general, no se trata de una señal de agresividad ni odio, sino que es parte de su comportamiento normal. Lo recomendable es que juegues con él siempre con un objeto de por medio como una pluma, pelotas de goma o cualquier otro juguete que le pueda resultar atractivo.
5. El sentido de propiedad:
Algo que debes entender de los gatos es que, una vez que adoptas uno, tu casa ya no es tuya sino de él o ella. En su mente, los gatos son los dueños y no al revés, es por eso que muchos suelen restregar su cuerpo en las esquinas de la casa o en su propio dueño, de esa forma liberan feromonas y marcan los espacios, dejándole un mensaje claro a cualquier otro animal: “Esto es mío”.
6. El lenguaje de la cola y las orejas:
La cola de tu gato es una buena forma de saber cómo se siente, pero ojo, que su significado será totalmente distinto al de los perros. Por ejemplo, un gato que agita su cola es un gato que está incómodo o incluso enojado. Si al llegar a casa tu gato te recibe con la cola erguida es porque está contento de verte.
Si camina con su cola apuntando hacia abajo es porque está tranquilo y relajado, lo mismo si sus orejas están erguidas y apuntan hacia los lados. Pero si sus orejas empiezan a apuntar hacia atrás, es porque el gato está nervioso y entrando en modo de ataque, lo mismo si su cola está levantada y tiene los pelos erizados.